Desde que Rosa nos representó en Tallín (Estonia) en 2002 con el pegadizo Europe's living a celebration, el declive de audiencia del Festival de Eurovisión en la última década ha sido palmario. Su participación, al calor de la recién nacida Operación Triunfo, la vieron 12,7 millones de espectadores, un 80,4 por ciento de la cuota de pantalla. Pero, a partir de ahí, todo ha sido bajar...
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