En la memoria de todos está la imagen de una niña tímida, natural y espontánea, con sobrepeso, con un marcado acento granaíno; pero cuando subía al escenario se transformaba y su torrente de voz te hacía estremecer y quedarte absorto contemplando la pantalla de televisión. Rosa López consiguió que millones de espectadores se emocionaran con cada una de sus actuaciones y fueran partícipes de su fuerza de voluntad para superar sus miedos y complejos -llegó a perder muchos kilos en un tiempo récord-.
